Las eyecciones de masa coronal, son erupciones enormes de energía que brotan de la superficie del sol y pueden golpear en la magnetosfera de la Tierra.
Las manchas solares son las responsables de lanzar llamaradas solares, según la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA), esto sucede debido a la frenética actividad del sol.
El domingo 13 de marzo, el Centro de Predicción del Clima Espacial (SWPC), determinó que una tormenta geomagnética de nivel G2, es decir, moderado, impactó en la Tierra. Los días posteriores se observaron dos tormentas geomagnéticas leves.
Nuevamente, el día 31 de marzo, los científicos detectaron 17 eyecciones solares procedentes de una única mancha solar, de las cuales dos impactaron contra la Tierra a una velocidad de más de tres millones de kilómetros por hora, alcanzando su máximo punto. Debido a la potencia de las eyecciones, los científicos la denominaron como una “Tormenta solar caníbal”.
La tormenta fue considerada G3, proclamada como fuerte, lo cual podía generar una aurora hasta el sur de Pensilvania, Iowa y Oregón informó Live Science.
Una de las consecuencias de las tormentas solares de clase G3, es que podrían producirse complicaciones en el sistema de posicionamiento global (GPS), así como en los satélites en órbita, también pueden generarse apagones. Estas tormentas podrían realizar un efecto potencial en el internet global.
De igual forma, el golpe que suelen dar este tipo de tormentas geomagnéticas, son una explosión de auroras boreales.