Después de una hora de peleas dentro del Congreso y fuerte represión en las calles, el presidente de la Cámara de Diputados decidió suspender el debate.
En las calles, balas de goma, piedras y camiones hidrantes contra los manifestantes y en los pasillos de Parlamento, cruces entre Diputados que se presentaron para seguir de cerca la sesión. En ese clima de tensión, el oficialismo buscaba debatir la polémica Reforma Previsional que tiene media sanción del Senado con la idea de convertirla en ley.
60 minutos después del horario previsto, tras una fuerte presión de los opositores, la diputada Elisa Carrió pidió «levantar esta sesión escandalosa».
Después tomó la palabra el presidente de la Cámara de Diputados, Emilio Monzó, y dio por finalizado el debate.
En tanto, algunos legisladores de la oposición denunciaron que en el momento del quórum había personas sentadas que no eran diputados y que el oficialismo no tenía el número necesario.